lunes, 7 de abril de 2014

¿Cómo salir de vacaciones sin endeudarte?

¿No te pasa? Llega el momento de salir de vacaciones y la casa te pica, pero no tienes dinero para poder hacer lo que quisieras y de pronto te encuentras en una situación, en la que la familia empieza a presionarte y empiezan a reclamarte a decirte la cantidad exacta de meses o años en los que no salen y empiezas a ver cómo hacerle para llevarlos aunque sea a un lugar cercano, con un presupuesto moderado, con los destinos turísticos (obviamente) llenos y empiezas a improvisar, resultando que tu plan de llevarlos sin mucho presupuesto sale muchísimo más caro de lo que habías pensado.

Este blog no está aquí para pisarte mientras estás tirado, ya que probablemente tengas la sensación de que “te viene el saco” porque estamos a muy poco tiempo de la semana santa y de pascua, que es cuando los destinos turísticos del país reportan llenos totales en su ocupación y ya no hay como que mucho rango de maniobra para elaborar un plan, pero piénsalo de este modo…La gente debe estar sufriendo horrores en lugares que están demasiado llenos, mientras tú crees que lo están pasando de lujo. Así que relájate y siéntate a pensar cómo le vas a hacer para que esto no te vuelva a ocurrir y lo que es más, que tengas una forma de llevar a tu familia a unas vacaciones inolvidables y que no te dejen en bancarrota.

¿Por dónde empezamos?

Vamos a suponer que se trata de un destino nacional ¿Te quieres ir en avión o en camión? Si reservas los boletos con la suficiente anticipación es probable es que el costo no sea muy diferente e incluso puede ser que el boleto de avión sea más barato. ¿A poco no estaría de lujo? Subirte por primera vez a un avión con toda tu familia y cargar hasta con la suegra.

¡Bien! Ya visitamos todos los sitios de las aerolíneas y encontramos los mejores precios y los mejores descuentos. ¿Qué sigue? ¡Apartarlos!

La recomendación es que toda la familia se alinee a este evento, que la esposa pida vacaciones, que los chicos tengan permiso para faltar a la escuela (y que no tengan exámenes) que no sea temporada de huracanes, en fin…tienes que prevenir todo lo posible antes de reservar esos vuelos. ¿No tienes todo el efectivo ahora mismo? Intenta utilizar un crédito de la CPO y págalo en la menor cantidad de meses que puedas. Recuerda que una vez que reserves los boletos, normalmente hay penalidades económicas en caso de que quieras cambiar el día, la hora, etc. Así que a este punto debes estar casi seguro al 100% de que podrás viajar en ese tiempo para evitar pagar más. Así que si se trata de una sorpresa, tampoco tendrás mucho margen de maniobra, pero siempre puedes platicarlo con la familia y hablar de las “posibilidades”, así te enterarás cual es la mejor fecha para viajar sin que sea una semana difícil en el trabajo de tu mujer, en la escuela de los niños o en los planes de tu suegra (bueno no te claves tanto en esto último).

Tener los boletos es un compromiso de viaje, así que una vez reservada la fecha, lo único que tienes que hacer es contar los días para ese gran evento.

¿Qué sigue? Reservado el destino, tienes algo de tiempo para reservar un lugar. No te anticipes a realizar una reservación sin estar seguro de tener una buena oferta por los días que vayas a pagar. Recuerda que a través del año, hay promociones de hoteles que podrían tener hasta un “Todo incluido” en algunos fines de semana muy puntuales del año. Aquí también trata de que lo que obtengas por tu dinero siempre tenga un plus…Recuerda que tienes buen tiempo para reservar, pero no dejes que ese espacio entre la reservación y el viaje sea menor a tres meses, porque invariablemente, los tiempos van a subir y los beneficios podrían ser menores. Siempre ten en mente que el dinero que entre en la bolsa de un hotel con mucha mayor anticipación les tendrá a ellos más tranquilos, por lo que los beneficios que ofrecen a los vacacionistas de largo plazo son mucho mayores.

Una vez con estos dos asuntos cubiertos ¿Qué sigue? Tener todos los preparativos que tienen que ver con la familia listos. Trata de evitar que tus vacaciones parezcan mudanza. Tanto si decidiste irte en camión o en avión, el equipaje tiene un límite de peso. Así que identifica muy claramente en que vas a utilizar ese peso. Si tu destino es de playa, unas sandalias, un traje de baño, bloqueador solar y muy poca ropa serán necesarios. Evita ropa de ciudad, zapatos enormes o cosas estorbosas que de cualquier forma no tendría ningún valor no usar. Si el destino es montaña o un lugar frío, definitivamente lleva lo más que puedas ropa abrigadora o térmica, pero siempre trata de hacerla compacta (hay bolsas especiales para eso) para evitar que el volumen de tu maleta sea excesivo.

Toma en cuenta en el límite de peso a los integrantes de tu familia y preferentemente mide tus maletas y pésalas antes de que sea el día de irte. Recuerda que los líquidos y cremas, necesitan ser verdaderamente pequeños si vas a subirte a un avión con ellos.

Dependiendo del paquete que hayas elegido en el hotel en el que te vayas a hospedar, sería un plus, encontrar algunas actividades adicionales que tengan que ver con el lugar de su elección, así que unas clases de Snorkel, nadar con delfines, viaje en teleférico, viaje en paracaídas, Jet Ski, moto de nieve o cualquier otra actividad debería estar contemplada dentro de tu presupuesto.

Para terminar es importante mencionar que aunque tengas todo previsto, es importante llevar un presupuesto extra en efectivo para cualquier imprevisto que pudiera surgir en el viaje.

¿Realmente es tan difícil? NO, no lo es. Con una buena planeación, no tendrás por qué frustrarte más y como te decíamos anteriormente, podrías realizar el viaje de tus sueños, las vacaciones de tu vida.

¿Qué dices? ¿Suena bien no? Empieza tu planeación el día de hoy y no dejes que pase más tiempo antes de tener ese viaje soñado con toda tu familia.


Esperamos que te haya gustado e inspirado este post y te recordamos que la Caja Popular Oblatos está siempre ahí, dispuesta ayudarte a alcanzar tus sueños.

¡Hasta pronto!

jueves, 6 de marzo de 2014

Reparar tus finanzas, enderezar tu vida.

Tal vez ahora mismo te encuentres padeciendo este problema. ¿Cuál problema? El problema de querer cambiar radicalmente tu vida porque estás enfadado de la manera en la que vives y te haces el firme propósito de cambiar para mejorar. - ¿Y cómo es que eso representa un problema? Te preguntarás – Es que en sí, el plan que tienes no es un problema, el problema es que lo quieres en ESTE MISMO INSTANTE. Dentro de nuestra cabeza, en la que nos gratificamos constantemente y de manera inmediata, no nos cabe la posibilidad de un plan paulatino en el que obtengamos un beneficio mayor, de mediano plazo, que implique dedicación y constancia…Ese es precisamente el problema.

Quieres cambiar de auto porque el que tienes te da más lata que otra cosa, te quieres cambiar de casa, quieres cambiar a los niños de escuela, quieres cambiar de trabajo, abrir un negocio, comprar ese celular carísimo que viste, irte de vacaciones, comprar una nueva sala, pintar la casa, comprar un guardarropa nuevo, ir al gimnasio, comer más sano y una lista de largos etcéteras que implican además de mucha disciplina, mucho dinero. Haz cuentas de todo lo que necesitas cambiar en tu vida en este momento y te garantizo que en 8 de 10 personas, la respuesta final será “Yo creo que con 200,000 pesos la hago”. Entonces ¿qué es lo que piensa de manera velada la mente? - ¡Huuuuuuy! Haciendo cálculos, yo creo que de aquí a unos 2 años alcanzo a juntar ese dinero, y eso sin mencionar todo lo que pueda llegar a ocurrir de aquí a 2 años y con la idea de no “desviarnos del camino”- Finalmente la mente termina (más rápido de lo que te puedas dar cuenta) por desechar tu idea de cambiar “radicalmente” tu vida por falta de recursos y a ti te entra una frustración impresionante, ya que te visualizaste pasando del punto A que es en el que te encuentras, al punto Z que es a dónde quieres llegar, pero sin darte cuenta que para hacerlo tienes que pasar por B, C, D E, F, G, H, etc. Etc.

Esta es una manera muy común en la que nuestra mente nos hace sabotearnos a nosotros mismos. Es la manera en la que nuestros sueños guajiros se crean y se destruyen de un minuto a otro. Nos imaginamos en las situaciones más inverosímiles “Imagina que este momento no estuviéramos en la chamba y en vez de eso estuviéramos debajo de una palapa en Cancún” y después tropezamos con la realidad del momento y si, crece un poco el deseo, el anhelo y el entusiasmo de hacerlo, pero termina creciendo más la frustración y vemos ese momento mucho más alejado de lo que estaba.

¿Qué es entonces lo que debemos hacer? Ponernos en el rumbo. Hay que trazarse un camino, largo y lejano, sin fecha de caducidad pero al que queramos dirigirnos. Ese lugar será nuestro rumbo…Llegar a el será difícil, sin embargo al hacerlo, debemos estar conscientes de todos los pasos que implicará llegar hasta allá y se deberá tener la seguridad de que si se siguen los pasos que se requieren, terminará siendo algo perfectamente realizable. Hay que tomarlo con calma, hay que ser realistas, hay que redoblar esfuerzos y todo eso podría convertirse en una constante y en disciplina si tenemos realmente marcado ese camino, si tenemos un objetivo y queremos alcanzarlo.

Hagamos un ejercicio muy fácil. Quiero irme a Cancún con mi novia. El viaje (avión y hospedaje por 5 días) me costará $7,000 pesos por persona, eso es $14,000 pesos por los dos. A eso hay que sumarle unos $1,000 diarios extras para ambos por los días que vayamos a estar para las atracciones, eventos, lugares que queramos conocer, etc. Entonces, $19,000 +1,000 por cualquier otro imprevisto. Con $20,000 me voy a la playa una semana, muy agusto con mi novia. ¿Cuándo? Ahhh buena pregunta, revisemos primero ¿Cómo voy a reunirlos? Hay que hacer un poco de matemáticas para ver los tiempos. Yo podría guardar a la quincena unos $500 pesos y ahorrarlos en mi cuenta de ahorro de la Caja Popular Oblatos. Eso sería…$1,000 al mes, $12,000 al año ¡Cerca la bala! Eso quiere decir que si me quería ir a Cancún para la Semana Santa del 2015, aún no tendría suficiente para hacerlo, ya que ahorrando lo que puedo ahorrar me faltarían aún $8,000 pesos. ¿Qué puedo hacer? Tengo dos opciones. 1.- Irme en semana santa del 2016 2.-Ver de qué otra manera puedo ganarme los $8,000 que me hacen falta. Eso sería buscar un ingreso extra por $333 pesos a la quincena. ¿Qué tal? ¿Se puede? ¿No se puede? Eso tú lo defines. Ya sea que le ayudes a tu tío a repartir bolillos, a lavar coches, a atender su taquería…La idea es que se pueda.
Una vez hecho esto, lo que se necesita es saber que del momento en el que decidas hacerlo…No hay marcha atrás. Un día que falles, una quincena que dejes de generar el ingreso extra…TODO, irá en contra de tus planes. Así que se trata de asumir un compromiso que el día de mañana te generará un bienestar MUY placentero. Hay que tomarlo en cuenta cuando pensemos en iniciar cualquier cosa, ya que esa planeación representa un alto porcentaje de efectividad en la realización del proyecto.

Ejecútalo una vez y verás que no importa que sea lo que te propongas, siempre que te pongas en el rumbo, inevitablemente lo que hagas te hará acercarte más a la realización de tu propósito. Si necesitas ayuda o cualquier tipo de asesoría, la Caja Popular Oblatos siempre estará cerca para echarte una mano y proporcionarte las herramientas necesarias para que hagas tus sueños realidad.

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