Tal vez ahora mismo te encuentres padeciendo este problema.
¿Cuál problema? El problema de querer cambiar radicalmente tu vida porque estás
enfadado de la manera en la que vives y te haces el firme propósito de cambiar
para mejorar. - ¿Y cómo es que eso representa
un problema? Te preguntarás – Es que en sí, el plan que tienes no es un
problema, el problema es que lo quieres en ESTE MISMO INSTANTE. Dentro de
nuestra cabeza, en la que nos gratificamos constantemente y de manera
inmediata, no nos cabe la posibilidad de un plan paulatino en el que obtengamos
un beneficio mayor, de mediano plazo, que implique dedicación y constancia…Ese
es precisamente el problema.
Quieres cambiar de auto porque el que tienes te da más lata
que otra cosa, te quieres cambiar de casa, quieres cambiar a los niños de
escuela, quieres cambiar de trabajo, abrir un negocio, comprar ese celular
carísimo que viste, irte de vacaciones, comprar una nueva sala, pintar la casa,
comprar un guardarropa nuevo, ir al gimnasio, comer más sano y una lista de
largos etcéteras que implican además de mucha disciplina, mucho dinero. Haz
cuentas de todo lo que necesitas cambiar en tu vida en este momento y te
garantizo que en 8 de 10 personas, la respuesta final será “Yo creo que con
200,000 pesos la hago”. Entonces ¿qué es lo que piensa de manera velada la
mente? - ¡Huuuuuuy! Haciendo cálculos, yo
creo que de aquí a unos 2 años alcanzo a juntar ese dinero, y eso sin mencionar
todo lo que pueda llegar a ocurrir de aquí a 2 años y con la idea de no “desviarnos
del camino”- Finalmente la mente termina (más rápido de lo que te puedas
dar cuenta) por desechar tu idea de cambiar “radicalmente” tu vida por falta de
recursos y a ti te entra una frustración impresionante, ya que te visualizaste
pasando del punto A que es en el que te encuentras, al punto Z que es a dónde
quieres llegar, pero sin darte cuenta que para hacerlo tienes que pasar por B,
C, D E, F, G, H, etc. Etc.
Esta es una manera muy común en la que nuestra mente nos
hace sabotearnos a nosotros mismos. Es la manera en la que nuestros sueños
guajiros se crean y se destruyen de un minuto a otro. Nos imaginamos en las
situaciones más inverosímiles “Imagina que este momento no estuviéramos en la
chamba y en vez de eso estuviéramos debajo de una palapa en Cancún” y después
tropezamos con la realidad del momento y si, crece un poco el deseo, el anhelo
y el entusiasmo de hacerlo, pero termina creciendo más la frustración y vemos
ese momento mucho más alejado de lo que estaba.
¿Qué es entonces lo que debemos hacer? Ponernos en el rumbo.
Hay que trazarse un camino, largo y lejano, sin fecha de caducidad pero al que
queramos dirigirnos. Ese lugar será nuestro rumbo…Llegar a el será difícil, sin
embargo al hacerlo, debemos estar conscientes de todos los pasos que implicará
llegar hasta allá y se deberá tener la seguridad de que si se siguen los pasos
que se requieren, terminará siendo algo perfectamente realizable. Hay que
tomarlo con calma, hay que ser realistas, hay que redoblar esfuerzos y todo eso
podría convertirse en una constante y en disciplina si tenemos realmente
marcado ese camino, si tenemos un objetivo y queremos alcanzarlo.
Hagamos un ejercicio muy fácil. Quiero irme a Cancún con mi
novia. El viaje (avión y hospedaje por 5 días) me costará $7,000 pesos por
persona, eso es $14,000 pesos por los dos. A eso hay que sumarle unos $1,000
diarios extras para ambos por los días que vayamos a estar para las
atracciones, eventos, lugares que queramos conocer, etc. Entonces, $19,000
+1,000 por cualquier otro imprevisto. Con $20,000 me voy a la playa una semana,
muy agusto con mi novia. ¿Cuándo? Ahhh buena pregunta, revisemos primero ¿Cómo
voy a reunirlos? Hay que hacer un poco de matemáticas para ver los tiempos. Yo
podría guardar a la quincena unos $500 pesos y ahorrarlos en mi cuenta de
ahorro de la Caja Popular Oblatos. Eso sería…$1,000 al mes, $12,000 al año
¡Cerca la bala! Eso quiere decir que si me quería ir a Cancún para la Semana
Santa del 2015, aún no tendría suficiente para hacerlo, ya que ahorrando lo que
puedo ahorrar me faltarían aún $8,000 pesos. ¿Qué puedo hacer? Tengo dos
opciones. 1.- Irme en semana santa del 2016 2.-Ver de qué otra manera puedo
ganarme los $8,000 que me hacen falta. Eso sería buscar un ingreso extra por
$333 pesos a la quincena. ¿Qué tal? ¿Se puede? ¿No se puede? Eso tú lo defines.
Ya sea que le ayudes a tu tío a repartir bolillos, a lavar coches, a atender su
taquería…La idea es que se pueda.
Una vez hecho esto, lo que se necesita es saber que del
momento en el que decidas hacerlo…No hay marcha atrás. Un día que falles, una
quincena que dejes de generar el ingreso extra…TODO, irá en contra de tus
planes. Así que se trata de asumir un compromiso que el día de mañana te
generará un bienestar MUY placentero. Hay que tomarlo en cuenta cuando pensemos
en iniciar cualquier cosa, ya que esa planeación representa un alto porcentaje
de efectividad en la realización del proyecto.
Ejecútalo una vez y verás que no importa que sea lo que te
propongas, siempre que te pongas en el rumbo, inevitablemente lo que hagas te
hará acercarte más a la realización de tu propósito. Si necesitas ayuda o
cualquier tipo de asesoría, la Caja Popular Oblatos siempre estará cerca para
echarte una mano y proporcionarte las herramientas necesarias para que hagas
tus sueños realidad.
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Caja Popular Oblatos.