¿A qué te dedicas? ¿Eres tu propio jefe o el empleado de
alguien más? Si estás en el primer caso ¡Felicidades! Sabemos perfectamente lo
que se necesita para poder sostenerse de lo que uno hace, pero si te encuentras
en el segundo rubro… Hoy es un buen momento para empezar a pensar en crear tu
propio negocio ¿no te parece?
Muchos de los empleados de todos los niveles, tienen la
falsa seguridad de recibir su dinero constante una vez a la semana o a la
quincena y con eso viven sin mayores problemas…mientras haya trabajo. Aquí el
problema es que sin importar si trabajas en un pequeño negocio o en una empresa
transnacional, nadie tiene garantizado su trabajo eternamente y en el momento
en el que el patrón lo decida, te va a decir adiós sin mucho mayor problema que
el tema de tu liquidación (en el mejor de los casos).
Es por eso, que no es de echar en un saco roto la
posibilidad de invertir en un negocio propio… Y por negocio propio no hablamos
del negocio de tus sueños (no aún), hablamos de una fuente extra de dinero que
te permita ir librándote poco a poco de la necesidad de tener un trabajo fijo.
¿Qué si es fácil? No, no lo es. Es muy importante tener muy
claro en la cabeza que en principio de cuentas tendrás que trabajar mucho más
de lo que haces ahora y si eso no te espanta, tienes que tomar en cuenta que
hay un periodo en el que tú tendrás que mantener al negocio con el mismo dinero
que recibas y todavía hay que ver si el negocio “pega”. Aterrador ¿verdad? No obstante esta es la única manera
de emprender en este momento, recuerda la vieja frase de ¡El que no arriesga no
gana!
Pero nada es imposible. Siempre existe una forma en la que
se pueden hacer las cosas y no hay otra opción si no quieres terminar
trabajando hasta que cumplas 80 años de edad.
Empieza poco a poco, probablemente no en cosas que te apasionen,
pero si seguras, que no impliquen mucho
riesgo y que no te descapitalicen. Vender productos con tus amistades, hacer algún
trabajo artístico/manual y venderlo a tiendas de regalos o papelerías, raspados
afuera de tu casa o cualquier otra cosa que sepas que está funcionando en tu
colonia podría ser un buen comienzo. Tienes que ser ambicioso, pero tienes que
dar pequeños pasitos (uno a la vez) y poco a poco verás cómo tu pequeño negocio
adquiere nuevas dimensiones.
El mejor momento para hacerlo es hoy y cualquier cosa que te
aparte de ello son pretextos y trabas mentales con las que tienes que luchar.
La única forma de llegar a ser grande y libre financieramente hablando, es
venciendo el miedo que tenemos de hacer las cosas. A veces lo único que alguien
necesita es un buen empujón y que mejor que darlo ahora que no estás en una situación
de desempleo, enfermedad o algo peor. Apóyate de tu familia, unan sus talentos,
platiquen, hagan equipo y empiecen (No se vale pelear), pero empiecen hoy…Pónganle
un nombre, pónganle una meta, pónganle un tiempo, rétense ustedes mismos ¡Es
para su propio beneficio!
¿Cuantas historias no conoces de personas a las que les fue
bien emprendiendo por su cuenta? El señor de los tacos, que empezó con un
puesto en la esquina y ahora tiene 5 ayudantes, el señor del cibercafé que sólo
tenía dos máquinas y ahora tiene 10, la señora que vende cosméticos por catálogo
y ahora tiene un coche… ¡Hay cientos de historias! Y tú puedes ser una de
ellas. No se necesita nada más que despertar tu cosquilla, usar tus talentos y
habilidades (sabemos que tienes muchos) y darle para adelante.
Esperamos que hayas encontrado estas líneas inspiradoras y
que pronto te veamos iniciando en lo tuyo propio, eso que probablemente ahora
no sea lo que te apasione, pero que te dará las bases para construir algo más
grande, que sea tu gran orgullo y lo que mantenga a tu familia feliz, contenta
y sobre todo muy prospera. ¡A darle!
Nos leemos pronto.
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